Eire Larrea
Neskalatorio
Cada vez que he ido a escalar, he visto danza en los movimientos de las personas, porque la danza también vive en los cuerpos fuera del sector del baile. ¿Dónde está la danza, en mis ojos? ¿En los movimientos de estos cuerpos? ¿Se pueden coreografiar las acciones funcionales? ¿Qué pasará cuando se conviertan en simbólicos?
En Neskalatorio, desde mi mirada revestida del lenguaje de la danza, quiero buscar las respuestas de estas preguntas investigando y creando un dispositivo desde el movimiento de chicas escaladoras que desconocen los códigos de la danza.
Transferencia de peso, conciencia del centro, bloqueos de partes del cuerpo, oposición, lucha contra la gravedad, respiración, táctica, memoria, flexibilidad… son términos que usamos en el mundo de la danza y la escalada.
Partiendo del mundo de la escalada para componer en el espacio, además de referirnos a todos estos términos técnicos, viviremos varias experiencias que mueven al grupo: el ritual de la preparación, el juego, los valores de respeto y concentración, y la esencia de transmisión grupal.
Centrándonos en la conciencia corporal, acompañando la experiencia interna del grupo a investigar, mi trabajo es desarrollar y transmitir herramientas prácticas para fusionar algunos de los fundamentos de la danza postmoderna y el movimiento de la escalada.
FICHA ARTÍSTICA
Dirección: Eire Larrea Alonso
Intrepretación: Naiara Guibelalde Iribas, Maria Celeste Baeza Llanos, Itsaso Mendizabal Salegi y otras escladoras.
Acompañamiento artísico: Atic H. Deba
Mirada del movimiento: Maitane Sarralde Ussia
Audiovisuales: Ane Zugaza Goienetxea
BIO
Eire Larrea Alonso (Bilbo, 1990) estudió Magisterio Musical y Grado Superior de Danza. Profundizando en diferentes expresiones artísticas, realiza proyectos que combinan música, teatro y danza. A día de hoy, entendiendo el movimiento del cuerpo como lenguaje sanador de la sociedad, ha emprendido un nuevo camino de investigación en lecturas artísticas con otros sectores y colectivos.
REFERENCIAS
Extractos de LA DANZA DEL FUTURO de Jaime Conde-Salazar:
(…)
La danza del futuro no tiene una forma concreta. O lo que es lo mismo, puede tener cualquier forma. En ese sentido, elude la clasificación clásica según estilos, movimientos, metodologías, géneros o escuelas que resulta a todas luces insuficiente para referirse a la realidad multiforme de la danza del futuro. Quien intente reconocer la danza del futuro buscando una apariencia específica, acabará hecho un lío. La forma es una herramienta. En cada ocasión, dependiendo de la naturaleza de cada proyecto se recurre a unas soluciones u otras. En cualquier caso, no se le concede a la forma un valor esencial capaz de justificar por sí misma una propuesta. Lo que se persigue no es la forma en sí, sino lo que la forma deja ver, lo que emerge tras las realizaciones concretas que adquiere un trabajo.
(…)
Para la danza del futuro, el silencio y la realidad son la misma cosa. Así, la realidad, al igual que el silencio, es siempre perfecta y nunca le falta nada. Hacer una obra es actuar sobre la realidad, es “lanzar una piedra contra el silencio”. Y una no debería nunca lanzar una piedra si no está segura de la necesidad de ese gesto de violencia.
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La danza del futuro no viene después de nada, no viene a mejorar nada, ni a dar de comer a ninguna bestia moderna adicta al consumo de novedad. Porque hace mucho que sabemos que todo está todo el tiempo.
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La danza del futuro no necesita el make believe tal y como se emplea aún hoy en día en la danza convencional. La danza del futuro se liberó hace tiempo de la exigencia de seducción impuesta por las instancias patriarcales y heteronormativas. Aún así, la danza del futuro sabe que hay algo muy valioso en el make believe y no está dispuesta a prescindir de ello aunque nuestras amadas madres postmodernas se echen las manos a la cabeza.
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La danza del futuro solo existe como acto de Amor. Y, por si acaso, insistimos: aquí no se está hablando de romanticismo ni de nada que se pueda parecer esos relatos al servicio de la propaganda del Régimen. La danza del futuro es un acto de Amor porque se realiza como un volcarse radical hacia el mundo. Frente a los límites disciplinares al uso, la danza del futuro sale de sí misma en busca de otros cuerpos con los que producir organizaciones desconocidas, compromisos sorprendentes y conocimiento carnal. Por ello, la danza del futuro solo puede ser un reto para los cuerpos que participan en ella.
MATERIALES